Primera de (eso espero) dos o tres partes
Nací el día en que dios se enfermó de coronavirus.
La tierra no será invadida por zombis, pues la humanidad
desaparecerá infectada por virus mutados.
Twitter me recompensa con información que sirve a mis
proyectos a cambio de leer a intelectualuchos hipócritas, conservadores y que
se contradicen hasta de sí mismos. Ah, y son patéticos cuando intentan usar el
sarcasmo.
Qué le cuesta a AMLO actuar, sólo eso, actuar. Es
presidente, no repartidor de culpas.
¿De cuándo acá criticar es atacar?
Siempre creí que el mal de este país de mierda era la
corrupción, pero no: el verdadero mal es la hipocresía.
¡Presidencialismo en éxtasis!
Yo estoy por encima de la Cuarta Transformación y, aún más,
de sus adversarios.
Sería bueno que también despierten de la pesadilla que por
décadas les impusieron los conservadores.
¿En qué tipo de país creen que vivían los intelectuales que
tildan de fallido al gobierno de AMLO?
Para los amigos, la matraca. A los enemigos el yugo mediático
de la falacia. Esa es la máxima de estos hipócritas.
Si no sabes categorizar, ¡no categorices!
Fascismo a la mexicana
Los conservadores convierten todo error en una batalla a
muerte, demuestran que usarán hasta lo más nimio para ganar la guerra.
El problema de este país de mierda es que las masas
ciudadanas creen que un presidente-mesías los salvará. Así ha sido sexenio tras
sexenio y la muchedumbre estirando la mano por el milagro.
Nunca hemos estado mejor con nadie. Ni lo vamos a estar. Que
les sirva de consuelo.
La paranoia ignorante del coronavirus o los hipócritas
Estados democráticos apelando al fascismo para legitimar el “estado de
excepción”.
Ustedes saturan las redes de memes y el presidente logra su
cometido con sus “detente”.
Idiosincrasia, le llaman.
Aborrezcan a AMLO, pero por salud mental no defiendan a
expresidentes.
Poco saben de democracia si no ven el lazo siamés fascista-autoritario
existente entre el estado de excepción y el estado de emergencia sanitaria. (Brasil
lo llama: estado de calamidad).
Por sus menús de comida casera, conocerás a los
privilegiados de México.
Coronavirus como símbolo de la lucha de clases
El periodismo es relatar el testimonio de lo acontecido. Pero
algunos priorizan sus intereses individuales y relatan el testimonio del morbo
acontecido.
Este país de mierda no es otra cosa debido a la carroñería
de unos cuantos privilegiados.
Que cada quien le rece y le crea a su santo. Feliz cuarentena
y líbrense de todo coronavirus. Y de las noticias falsas que publican los
conservadores.
Da gusto ver a especialistas en el estrado que siempre
cooptaban y solemnizaban los carroñeros políticos mexicanos.
Puede que la Cuarta Transformación fracase, pero ya fundó un
nuevo paradigma de atención a las emergencias poniendo por delante a
especialistas.
Algún día reconoceremos el fondo de todo lo realizado en
este sexenio y olvidaremos la líquida forma.
Pues López-Gatell ya perdió la paciencia ante la apatía
ciudadana y la perversión de cierta prensa.
¡Quédense en casa!, tenga quien tenga la razón.
¡Qué jodidos los que esperan/urgen al presidente a dar un
mensaje en cadena nacional para quedarse en casa!
Y se hacen llamar ciudadanos.
Mandan al ruedo a los mejores científicos de salud en México
y cierta prensa ve la cuestión como una simple lucha por el poder, no como un
asunto de vida y muerte comunitarias. De seguridad nacional.
¿Dónde olvidaron su patético amor a la patria que tanto
pregonaban?
¿Con qué ética le reclaman al gobierno si no pueden cumplir
con indicaciones demasiadamente básicas?
Cuando dejemos de necesitar al gobierno hasta en lo más
básico habrá ciudadanía.
Tenga quien tenga la razón: ¡quédese en casa!
¿Cuántos dueños de la prensa son accionistas de farmacéuticas
para que sean tercos con su perorata de pruebas masivas?
Cuando lo económico escupe contra la ciencia.
Si no hubiera lucha de intereses de por medio, mañana las
portadas de todos los periódicos de México deberían advertir: Última llamada:
¡quédese en casa!
Pero a cada quien sólo le preocupa el agua de su molina.
Los conservadores primero pedían medidas autoritarias que violaban
derechos humanos, ahora defienden a los irresponsables que andan en la calle
por nimios motivos.
La hipocresía no anda en burro.
El IQ de los periodistas mexicanos
¿Qué nivel de IQ tendrán quienes piden que AMLO les explique
con palos y piedritas lo que deben hacer en cuarentena?
Pues que salga AMLO, como si estos hipócritas lo respetaran.
Después de la pandemia, la prensa mexicana deberá hacer
pruebas masivas del IQ de sus reporteros.
La sociedad ya les quitó la máscara.
Si antes no se respetaba el oficio, ahora menos ante tanto
idiota al servicio de sus dueños y sin seguridad social.
Lo digo por el talento de ciertos reporteros que cubren el Covid-19.
Sólo son una muestra representativa del variado analfabetismo.
Que no los desmañane ni desmañe la Mañanera.
¿Pruebas masivas?
Chile hizo más de 32 mil pruebas a mansalva: sólo el 7 por
ciento fueron positivas. Es un ignorante desperdicio de recursos.
¿Lo entienden? ¿O habrá que explicar con palitos y piedritas
la falacia de las pruebas masivas?
Hay gente enfermándose, muriendo, y a ustedes, hipócritas,
sólo les interesa la pendencia maquiavélica por el poder. Seguir midiendo su
constrita sapiencia para gobernar.
No sé cómo no ha colapsado este país ante esa permanente
disputa que hay entre las elites.
Declaratoria de emergencia, AMLO y el valor histórico de sus decisiones
I.- ¿Dónde está el presidente?La declaratoria de emergencia es una decisión de Estado y este hombre, por su terquedad y defensa de sus principios irrevocables, no aparece cuando el “pueblo mexicano” más lo necesita”.Hay momentos y hoy era uno de ellos.La segunda al mando ni habló.II.- Los únicos aciertos de AMLO: intensificar los programas sociales para los pobres y construir un gabinete que no necesita al presidente para resolver problemas nacionales.Ni hablar.Perdimos a un líder mesiánico y ganamos a una elite preparada para dirigir a México.III.- Pensándolo mejor: AMLO acaba de dar otra lección para acabar con las viejas prácticas: una de ellas que el presidente no sea omnipotente, sino distribuir el poder soberano entre sus colaboradores.Faltan muchas décadas para que valoremos históricamente a este hombre.
Qué canijo el nivel de talento de los trabajadores de la
prensa mexicana.
Acostumbrados a transcribir lo que decían los políticos, no
analizaban, no razonaban, no criticaban, no replicaban nada y quedan como analfabetas
en Matemáticas, Lógica y Lenguaje.
Nada más esperanzador que idolatrar a un científico.
Además, tienen más temple, mejor retórica, humor y empatía
de los políticos.
El canto de las sirenas o los conservadores exigiendo
pruebas masivas
Hacer pruebas a mansalva es un desperdicio: repito, Chile
aplicó 32 mil pruebas a destajo, sólo 7 por ciento salieron positivas. Algo que
no entienden los que no saben de lógica y de estadística.
Desconocen que para evitar la ansiedad-depresión hay que
hacer-pensar-comer-leer-dibujar todo aquello que sea contrario al motivo por el
cual estamos confinados.
Pero no: puro apocalipsis, virulencias, sanidad, mortandad,
blablablá.
Eso sí, no se pierda la novela de las 7 pm.
A México lo joderá la hiperpolitización de la vida.
Qué si el petróleo. Que si el coronavirus. Que si sube o
baja la gasolina. Que el aeropuerto. Que esto o aquello.
Algunos deberían cerrar la trompa y disfrutar de sus
privilegios cosechados a costa de la mayoría desde hace décadas.
Qué pasados de listos e hipócritas los empresarios.
Piden que les condonen el ISR de meses donde no hubo
contingencia y tuvieron ingresos. Por supuesto que, si este mes crítico no
tienen ingresos, el Estado no tiene razones para cobrarles ISR ni ningún impuesto.
Hacen incendio del árbol caído.
Trabajan para el gobierno de AMLO y lo critican más que sus
adversarios.
No sólo los conservadores son hipócritas.
El neoliberalismo nos jodió la vida a los mexicanos: hay
crisis en salud, en educación, en lo laboral, en el medioambiente, en la
movilidad, etc., etc.
El colmo es que hay defensores de esa forma inhumana de
vida.
Lo canijo es que nadie sabe cómo enfrentar ese mal.
Los que hablan de que la ultraderecha gobernará a México
tras el fiasco de la Cuarta Transformación, ¿lo harán porque van a votar por
ellos?
Hasta en matraqueros desmañanados se convierten algunos por
su aversión a la Cuarta Transformación.
Si tan duchos se sienten como teóricos de la conspiración,
se verían menos estúpidos escribiendo novelas que criticando con argumentos
vacuos a quien gobierna y sus decisiones.
No entiendo.
Los conservadores exigían condonación de impuestos y ahora
lamentan que el presidente no los someta con impuestos progresivos.
Deberíamos incluir a la hipocresía como un rasgo genético en
México.
El centralismo nacional –ligado al narcicismo presidencial–
como excusa para que gobernadores y alcaldes se desentiendan de sus
responsabilidades.
Aborrezcan las cantaletas contra sus adversarios de AMLO,
pero reconozcan que el hombre tomó una decisión histórica para enfrentar un
asunto de seguridad nacional: recurrir a eminencias científicas y dejarlos actuar
como ellos consideren necesario.
Escribe un conservador en Reforma que no queda de otra ante
lo mal que gobierna AMLO: “Defendernos con nuestras uñas, nuestros ahorros y nuestras
supersticiones”.
Apenas descubrieron el hilo de sobrevivir.
Hay mexicanos (sobre)viviendo así y sin ahorros desde que
nacimos.
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