lunes, 6 de abril de 2020

Tuits políticos y de otro tipo mientras la pandemia en tiempos de Cuarta Transformación

Primera de (eso espero) dos o tres partes

Nací el día en que dios se enfermó de coronavirus.

La tierra no será invadida por zombis, pues la humanidad desaparecerá infectada por virus mutados.

Twitter me recompensa con información que sirve a mis proyectos a cambio de leer a intelectualuchos hipócritas, conservadores y que se contradicen hasta de sí mismos. Ah, y son patéticos cuando intentan usar el sarcasmo.

Qué le cuesta a AMLO actuar, sólo eso, actuar. Es presidente, no repartidor de culpas.

¿De cuándo acá criticar es atacar?
Siempre creí que el mal de este país de mierda era la corrupción, pero no: el verdadero mal es la hipocresía.

¡Presidencialismo en éxtasis!

Yo estoy por encima de la Cuarta Transformación y, aún más, de sus adversarios.

¿Ya despertaron del sueño de la Cuarta Transformación?
Sería bueno que también despierten de la pesadilla que por décadas les impusieron los conservadores.

¿En qué tipo de país creen que vivían los intelectuales que tildan de fallido al gobierno de AMLO?
Para los amigos, la matraca. A los enemigos el yugo mediático de la falacia. Esa es la máxima de estos hipócritas.

Si no sabes categorizar, ¡no categorices!

Fascismo a la mexicana

Los conservadores convierten todo error en una batalla a muerte, demuestran que usarán hasta lo más nimio para ganar la guerra.

El problema de este país de mierda es que las masas ciudadanas creen que un presidente-mesías los salvará. Así ha sido sexenio tras sexenio y la muchedumbre estirando la mano por el milagro.
Nunca hemos estado mejor con nadie. Ni lo vamos a estar. Que les sirva de consuelo.

La paranoia ignorante del coronavirus o los hipócritas Estados democráticos apelando al fascismo para legitimar el “estado de excepción”.

Ustedes saturan las redes de memes y el presidente logra su cometido con sus “detente”.
Idiosincrasia, le llaman.

Aborrezcan a AMLO, pero por salud mental no defiendan a expresidentes.

Poco saben de democracia si no ven el lazo siamés fascista-autoritario existente entre el estado de excepción y el estado de emergencia sanitaria. (Brasil lo llama: estado de calamidad).

Por sus menús de comida casera, conocerás a los privilegiados de México.

Coronavirus como símbolo de la lucha de clases

El periodismo es relatar el testimonio de lo acontecido. Pero algunos priorizan sus intereses individuales y relatan el testimonio del morbo acontecido.

Este país de mierda no es otra cosa debido a la carroñería de unos cuantos privilegiados.
Que cada quien le rece y le crea a su santo. Feliz cuarentena y líbrense de todo coronavirus. Y de las noticias falsas que publican los conservadores.

Da gusto ver a especialistas en el estrado que siempre cooptaban y solemnizaban los carroñeros políticos mexicanos.

Puede que la Cuarta Transformación fracase, pero ya fundó un nuevo paradigma de atención a las emergencias poniendo por delante a especialistas.
Algún día reconoceremos el fondo de todo lo realizado en este sexenio y olvidaremos la líquida forma.

Pues López-Gatell ya perdió la paciencia ante la apatía ciudadana y la perversión de cierta prensa.
¡Quédense en casa!, tenga quien tenga la razón.

¡Qué jodidos los que esperan/urgen al presidente a dar un mensaje en cadena nacional para quedarse en casa!
Y se hacen llamar ciudadanos.


Mandan al ruedo a los mejores científicos de salud en México y cierta prensa ve la cuestión como una simple lucha por el poder, no como un asunto de vida y muerte comunitarias. De seguridad nacional.
¿Dónde olvidaron su patético amor a la patria que tanto pregonaban?

¿Con qué ética le reclaman al gobierno si no pueden cumplir con indicaciones demasiadamente básicas?
Cuando dejemos de necesitar al gobierno hasta en lo más básico habrá ciudadanía.

Tenga quien tenga la razón: ¡quédese en casa!

¿Cuántos dueños de la prensa son accionistas de farmacéuticas para que sean tercos con su perorata de pruebas masivas?
Cuando lo económico escupe contra la ciencia.

Si no hubiera lucha de intereses de por medio, mañana las portadas de todos los periódicos de México deberían advertir: Última llamada: ¡quédese en casa!
Pero a cada quien sólo le preocupa el agua de su molina.

Los conservadores primero pedían medidas autoritarias que violaban derechos humanos, ahora defienden a los irresponsables que andan en la calle por nimios motivos.
La hipocresía no anda en burro.

El IQ de los periodistas mexicanos

¿Qué nivel de IQ tendrán quienes piden que AMLO les explique con palos y piedritas lo que deben hacer en cuarentena?
Pues que salga AMLO, como si estos hipócritas lo respetaran.

Después de la pandemia, la prensa mexicana deberá hacer pruebas masivas del IQ de sus reporteros.
La sociedad ya les quitó la máscara.
Si antes no se respetaba el oficio, ahora menos ante tanto idiota al servicio de sus dueños y sin seguridad social.

Somos un país reprobado en Lógica y Matemáticas. Ah, en Español también.
Lo digo por el talento de ciertos reporteros que cubren el Covid-19. Sólo son una muestra representativa del variado analfabetismo.

Que no los desmañane ni desmañe la Mañanera.

¿Pruebas masivas?
Chile hizo más de 32 mil pruebas a mansalva: sólo el 7 por ciento fueron positivas. Es un ignorante desperdicio de recursos.
¿Lo entienden? ¿O habrá que explicar con palitos y piedritas la falacia de las pruebas masivas?

Hay gente enfermándose, muriendo, y a ustedes, hipócritas, sólo les interesa la pendencia maquiavélica por el poder. Seguir midiendo su constrita sapiencia para gobernar.
No sé cómo no ha colapsado este país ante esa permanente disputa que hay entre las elites.

Declaratoria de emergencia, AMLO y el valor histórico de sus decisiones

I.- ¿Dónde está el presidente?
La declaratoria de emergencia es una decisión de Estado y este hombre, por su terquedad y defensa de sus principios irrevocables, no aparece cuando el “pueblo mexicano” más lo necesita”.
Hay momentos y hoy era uno de ellos.
La segunda al mando ni habló.
II.- Los únicos aciertos de AMLO: intensificar los programas sociales para los pobres y construir un gabinete que no necesita al presidente para resolver problemas nacionales.
Ni hablar.
Perdimos a un líder mesiánico y ganamos a una elite preparada para dirigir a México.
III.- Pensándolo mejor: AMLO acaba de dar otra lección para acabar con las viejas prácticas: una de ellas que el presidente no sea omnipotente, sino distribuir el poder soberano entre sus colaboradores.
Faltan muchas décadas para que valoremos históricamente a este hombre.
Qué canijo el nivel de talento de los trabajadores de la prensa mexicana.
Acostumbrados a transcribir lo que decían los políticos, no analizaban, no razonaban, no criticaban, no replicaban nada y quedan como analfabetas en Matemáticas, Lógica y Lenguaje.

Nada más esperanzador que idolatrar a un científico.
Además, tienen más temple, mejor retórica, humor y empatía de los políticos.

El canto de las sirenas o los conservadores exigiendo pruebas masivas

Hacer pruebas a mansalva es un desperdicio: repito, Chile aplicó 32 mil pruebas a destajo, sólo 7 por ciento salieron positivas. Algo que no entienden los que no saben de lógica y de estadística.

Desconocen que para evitar la ansiedad-depresión hay que hacer-pensar-comer-leer-dibujar todo aquello que sea contrario al motivo por el cual estamos confinados.
Pero no: puro apocalipsis, virulencias, sanidad, mortandad, blablablá.
Eso sí, no se pierda la novela de las 7 pm.

A México lo joderá la hiperpolitización de la vida.
Qué si el petróleo. Que si el coronavirus. Que si sube o baja la gasolina. Que el aeropuerto. Que esto o aquello.
Algunos deberían cerrar la trompa y disfrutar de sus privilegios cosechados a costa de la mayoría desde hace décadas.

Qué pasados de listos e hipócritas los empresarios.
Piden que les condonen el ISR de meses donde no hubo contingencia y tuvieron ingresos. Por supuesto que, si este mes crítico no tienen ingresos, el Estado no tiene razones para cobrarles ISR ni ningún impuesto.
Hacen incendio del árbol caído.

Trabajan para el gobierno de AMLO y lo critican más que sus adversarios.
No sólo los conservadores son hipócritas.

El neoliberalismo nos jodió la vida a los mexicanos: hay crisis en salud, en educación, en lo laboral, en el medioambiente, en la movilidad, etc., etc.
El colmo es que hay defensores de esa forma inhumana de vida.
Lo canijo es que nadie sabe cómo enfrentar ese mal.


Los que hablan de que la ultraderecha gobernará a México tras el fiasco de la Cuarta Transformación, ¿lo harán porque van a votar por ellos?
Hasta en matraqueros desmañanados se convierten algunos por su aversión a la Cuarta Transformación.

Si tan duchos se sienten como teóricos de la conspiración, se verían menos estúpidos escribiendo novelas que criticando con argumentos vacuos a quien gobierna y sus decisiones.

No entiendo.
Los conservadores exigían condonación de impuestos y ahora lamentan que el presidente no los someta con impuestos progresivos.
Deberíamos incluir a la hipocresía como un rasgo genético en México.

El centralismo nacional –ligado al narcicismo presidencial– como excusa para que gobernadores y alcaldes se desentiendan de sus responsabilidades.

Aborrezcan las cantaletas contra sus adversarios de AMLO, pero reconozcan que el hombre tomó una decisión histórica para enfrentar un asunto de seguridad nacional: recurrir a eminencias científicas y dejarlos actuar como ellos consideren necesario.

Escribe un conservador en Reforma que no queda de otra ante lo mal que gobierna AMLO: “Defendernos con nuestras uñas, nuestros ahorros y nuestras supersticiones”.
Apenas descubrieron el hilo de sobrevivir.
Hay mexicanos (sobre)viviendo así y sin ahorros desde que nacimos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario