El cemento cruje como una campana abandonada
a la que nadie ha estimulado en años.
El portal brilla de tristeza
y la avenida es un remolino de gnomos apresurados.
Las bocinas abren el cráneo de los vagabundos
mientras los arroyos transportan leche para las fieras.
En el patio trasero deambula el fantasma que fui.
Una cerveza, un balón,
una toalla sanitaria traspapelada.
Fósiles transcritos en la epidermis del tiempo.
Los árboles jadean ante el ronroneo de mis pasos.
Alguien dejó huellas vegetales, estructuras de grafiti
y enfrente se escucha la orquesta de los enfermos,
de los vendedores ambulantes ofreciendo
comida recalentada de hace tres días.
Me revuelco en las estampas del puerto
y alguien,
quizá Areli, Pedro, Daniel seguramente,
me avisa con gestos forzados y poco entendibles
que en el Aula 2C no se disolverá nuestra amistad.
El silencio de la primera clase ronda el pasillo.
Matemáticas, Sociología, Literatura,
con suerte Inglés y Computación antes del mediodía.
Demasiado lodo tropical antes de que las garzas
devoren la verdad impresa en libros mal editados.
Dos adolescentes se besan
y un dios rancio aprieta la chicharra.
El maestro Sindeo conoce a mi padre
y Lilia a mi madre. Régulo me cuenta
anécdotas de mi época en lactancia.
Ellos rasgaron sus huesos
en las protestas de los años 80.
La rutina ya fue establecida.
No hay rastro de rencor estudiantil en estos edificios.
El carrizo se extiende a un kilómetro
y los brazos del trópico se tatuaron la tristeza.
Escucho el zumbido de los urbanos
con dirección a Cine Río y saludo al vigilante,
a la chica aún sin pechos que se maquilla
en las escaleras del Edificio A.
Hombres con rostros trúhanes negocian
el reparto de las horas de trabajo.
Cuento las monedas de mi bolsillo
y pido un espacio en la cáscara estudiantil
puesta en marcha en el estacionamiento.
La rutina es interrumpida.
Un choque entre un taxi y un urbano
dejó a un par de burócratas muertos.
Entonces suena con violencia la chicharra
y el pasillo queda en silencio,
escenario para las zancadas del viento
llevándose la basura
que nadie puso en su lugar.
(Texto completo en: Norte/Sur)
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