Las canciones de Luis Eduardo Aute me acompañaron durante ese deambular
de mareas que es convertirse en un adulto. En la universidad, mientras
un compañero cantaba Las cuatro y diez por nostalgia de uno de sus
amores de bachillerato o Sin tu latido, quizá la canción más mediática
del cantautor español, yo me curaba torpes enamoramientos digiriendo
versos excedidos de amor y de erotismo, letras que fueron venenos
efectivos para curar el mar de amor. No sólo por amor escucho a Aute. (Texto completo en Capote)
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