domingo, 11 de marzo de 2018

Como garganta que lleva el diablo

La tos se ha convertido desde hace algunos meses en mi actividad diaria. Toso en ayunas, en plena merienda, rumbo al trabajo, en el teclado comunal del trabajo, en la cena, en plena madrugada.
La tos ha sido de diferentes tipos. Desde la tos proceso de autosanación del cuerpo que nació de una gripe que no atendí con la voluntad y la violencia necesarias, hasta la tos seca que me dejó dolores de costilla y decidí no fumar por varios días.
En casa todos tosemos. Todos nos pasamos la enfermedad. Cuando no es el hijo menor, es el mayor. Y si no la madre. Y si no yo. Hay ocasiones en que estamos los cuatro tosiendo a mansalva y en coro entre esas paredes sin estilo de la pocilga que rento. (Texto completo en BLANCOmóvil)

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