sábado, 30 de octubre de 2021

El Trópico donde alguna vez fui futbolista

Desde los tiempos más remotos de mi memoria he jugado futbol.
Aprendí a practicarlo en un arroyo, con cuatro palmas en cada esquina. Hacia el oriente estaba un limonero que nos ponchó decenas de pelotas y balones. Hacia el poniente, el platanal de un policía que no nos devolvía nuestro balón si cruzaba su cerca. Más al fondo, monte, mangos, bocotes. Aprendí a jugar futbol rodeado de flora y fauna que llena de tonalidad a El Trópico; y descalzo, como va la vitalidad por la Costa de Guerrero y de Oaxaca. Si me ponía un zapato de futbol se
esfumaban mi velocidad, mi técnica, mi talento y mi puntería. (Texto completo en Capote).

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