martes, 19 de junio de 2018

El balón de la memoria pegado al pie cada cuatro años (Primera parte)

Uno gasta más de la cuarta parte de su vida en dar precisiones, detalles, olores y rostros a alguna escena añeja. Pero, para nuestra desgracia, el pasado se pierde entre las aguas negras de una lluvia furiosa que asola a nuestra mente.
Así recuerdo aquella tarde de julio de 1994. Interrumpí la soledad con la que pateaba un balón contra el bordo que sostenía a la casa de mi abuela para ser espectador televisivo de cómo se bajaba el telón en el Mundial de Estados Unidos. (Texto completo en Trinchera)

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