viernes, 22 de septiembre de 2017

Frustra a jóvenes no poder ayudar en rescates

En las colonias Roma y Condensa se respira polvo dos días después del sismo del martes. Los vecinos y los negocios recuperan sus actividades cotidianas. Pero en varias calles quedan huellas del temblor: cristales rotos, paredes cuarteadas, lozas y fragmentos de balcones y ventanas caídos, cintas de seguridad que interrumpen el paso peatonal y vehicular.
Lo que más destaca son los ciudadanos que, sin contar con la capacitación necesaria, aún intentan sumarse a labores de rescate y a repartir víveres entre quienes mueven cascajo o resguardan las zonas, llevan comida a vecinos que no pueden ingresar a sus departamentos. (Texto completo en La Crónica de Hoy)

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