Anoche un vándalo trató de asaltarme. Se acercó como un indigente pidiéndome cinco pesos. Le di las monedas. Siguió pidiendo y me amenazó con una pistola que llevaba en la bragueta (mi miopía está tan avanzada que no pude distinguir si era un arma o algo que lo pareciera). Saqué la cartera y le di todas las monedas, no traía más que eso 10 o 15 pesos de cambio. Al darse cuenta que no había recompensa, me pidió el celular y me negué. Le dije que si quería más dinero que me siguiera. Caminé de regreso hacia el trabajo y él cruzó la calle. Se perdió.
Ya en calma, me dio lástima ver a alguien de mi edad tratando de asaltarme con métodos tan deficientes, cualquiera le mete una patada y lo manda a la cárcel. Sé que volverá a pasar por ahí y quizá le vaya mal y quizá me vaya mal.
Pero sentí más rabia porque el susto se quedó en mi subconsciente y tuve una pesadilla densa, donde pedía ayuda, ayuda desde mi cuarto, saliendo a la sala y nadie me entendía, y se repitió y repitió hasta que por fin después de varios malviajes pude despertar con una inmensa pesadumbre.
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