y almuerza a medio día
mientras la ciudad se queja del caos vial,
ese pesimista y silencioso,
con dotes de innoble autismo,
ese que ha crecido arrastrándose
entre vidrios y piedras que vomita la lluvia,
ese que no supo despedirse de la abuela
y duerme en demasía cuando no hay lecturas pendientes,
ese que no sabe cómo tratar a la gente y a los colegas
pero que se vuelve tierno cuando tu olor lo acorrala,
el torpe que carga piedras de pereza y radiactividad,
el que sabe que no hay tiempo futuro,
el asmático y aturdido y triste,
el ausente y con horas de alegría pesarosa,
ese ser que no so
también te echa de menos.
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