miércoles, 6 de junio de 2018

Uno ama frente al Pacífico

De pronto uno ama y pasa la tarde
preguntándose el agitado origen de las aves,
los detalles de la ciudad y el cansancio del Pacífico.
Uno ama para creer en su triste destino
y hacer de cuenta que la muerte toma días de descanso.
Uno ama y se viste y se alborota y se esparce
como abarmejadas tardes de lluvia.
Hace altares: correos, teléfonos, palabras.
Va a tabernas y el licor sabe a sus labios,
a su espalda, a sus elementales mejillas.
Le cuenta temblorosamente a los amigos
"la historia de un amor con oscuros y tiernos orígenes".
Uno ama y habla con los peces, las paredes,
con los demonios que desgarran fábulas y delirantes sombras.
Uno ama y se olvida de la pueril tumba de la soledad.

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